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lunes, 29 de septiembre de 2008

Soledad de la elefanta Ruperta


Por Raúl Rivero

Cuba y Venezuela comenzarán en los próximos meses un intenso intercambio de animales. Así es que Caracas enviará a La Habana un puma enfermo de los nervios y desde la Isla mandarán una jirafa africana, hereje, sin nombre conocido, a sustituir a la jirafa Napoleón, fallecida hace 15 años en el zoológico de Caricuao.

El hermoso ejemplar, acostumbrado a tutearse con las palmas reales, viajará a Venezuela en compañía de una tropa variada, dijo esta semana el diario El Universal. Llegará escoltada por algunos leones aplatanados y engreídos, una cabra sospechosa (de poca salud mental) y un rinoceronte austero y de mal carácter criado a base de una dieta vegetariana (de calabazas y mangos verdes) en un barrizal del sur de La Habana.

El puma que enviarán a la isla está estresado y en cuarentena. Antes del viaje, aislado y cubierto por un toldo verde, pasea molesto de un lado a otro de la jaula.

Un funcionario del zoo de Caricuao, que viajó a Cuba para las primeras gestiones del intercambio, lamentó en particular la situación de la elefanta Ruperta, viuda desde el verano del 2006 y cuya felicidad depende de que pueda prosperar el programa de canje o de inseminación artificial con algún parque del continente.

El hombre dijo que hace años que no llegan animales nuevos. Los que permanecen en cautiverio son ya muy viejos y están cansados. Hace tiempo que no se hace un proceso de reposición de bestias. Sólo el capítulo de los gorilas está cubierto.

En ese sentido se publicó recientemente un largo artículo con un análisis del estado físico de los animales. La nota, firmada por un poeta de Maracaibo, se titula Con los mismos monos.

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