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lunes, 4 de enero de 2010

Crónicas Habaneras (I)

Havana. Street in Habana Viejo. por strangesky.

Por Tania Quintero

La Villa de San Critóbal de La Habana, fue fundada el 16 de noviembre de 1519. Uno de los chistes que corren por sus tejados, cuenta que procedente de Madrid, aterrizó en la pista de Rancho Boyeros un Boeing de Iberia del cual se bajó el almirante Cristóbal Colón, vestido de Versace, con una moderna capa y un llamativo reloj en la muñeca. Cuando llegó al corazón de la ciudad, en el Parque Central, se bajó del auto, una limosina negra, y comenzó a caminar Prado abajo. Se detuvo en la esquina de Cárcel y Zulueta, donde hoy radica la Embajada de España. De frente al mar, ojeó el horizonte. Se volvió hacia su edecán y comentó: "Todo está igualito, parece que fue ayer cuando descubrí esta Isla."

Más de 500 años después del descubrimiento de Cuba por Colón, cuando se camina de noche por los barrios habaneros, aparecen de pronto áreas intensamente iluminadas. Corresponden a establecimientos comerciales de corte capitalista que ofertan sus mercancías en dólares. Hay barrios como El Vedado y Miramar con zonas radiantes, a diferencia de San Miguel del Padrón, La Lisa o Arroyo Naranjo. Excepto donde radican hoteles y otras instalaciones turísticas, las calles de La Habana, se encuentran sucias y abandonadas, con las aceras rotas. Deambular por ellas de noche es peligroso: uno puede accidentarse con los huecos en la vía o ser atropellado por ciclistas que transitan en bicicletas sin iluminación ni colores fosforecentes.

Es como si la sordidéz que anida en el alma de algunos cubanos se la traspasaran a la ciudad. O viceversa. El panorama nocturno de la capital no es precisamente sinónimo de victoria: oscuro, mal oliente, peligroso... Cuando el sol se pone salen a flote vicios y miserias.

Los vendedores furtivos aprovechan para tratar de burlar el fisco estatal y los borrachos caen derrotados por el alcohol barato. Algunos para no levantarse mas. Cecilia Pedroso, negra, 48 años, terminó por la tarde su jornada laboral y se fue a beber cerca de su trabajo, por la barriada de Luyanó. Llegó ebria a su casa y se acostó a dormir. Al día siguiente era feriado nacional y por eso a su único hijo no le extrañó que a las nueve de la mañana todavía su mamá estuviera durmiendo. Pero ya a las diez se extrañó. Se acercó para llamarla. Estaba muerta. La autopsia arrojó que había bebido ron mezclado con alcohol de madera, una combinación etílica que anualmente se lleva a la tumba a unos cuantos cubanos.

Desde siempre, los ladrones han sido socios de la oscuridad, pero ahora en Cuba las cosas han cambiado: suelen robar de día y no de noche. La tranqulidad nocturna es aprovechada por jineteros y homosexuales para salir a "buscar el pan" (hacer dinero). Dos nuevas modalidades han entrado en competencia: las prostitutas por moneda nacional y los pingueros, tipos poseídos de su pene, que no tienen reparo en alquilarlo o mostrarlo gratuitamente a gays a veces de endeble constitución. Juan, 23 años, blanco, más conocido por "Paquito Picha Gorda", vive de eso.

-Yo cobro un dólar nada más que por sacármela y exhibirla. Si alguien quiere tocármela, tiene que darme dos dólares. Por una masturbación cobro tres; cuatro por una felación y cinco si penetro, no importa si es hombre o mujer.

Para la última etapa, Papito usa condón. Si algo él le teme es al sida. Según datos oficiales, cada día se reporta un nuevo caso en el país, principalmente en edades comprendidas entre los 20 y 24 años.

Reemberto, 78 años, mulato, jubilado, por el día se busca de 10 a 12 pesos revendiento periódicos, a peso el ejemplar, y a tres pesos la revista Bohemia, cuando sale, dos veces al mes. A eso de las cinco de la tarde se va a bañar, come algo y vuelve a salir hasta las once o doce de la noche. En ese horario vende cucuruchos de maní, cigarros sueltos y tabacos. Reemberto suele dormir de 1 a 6 de la mañana.

-Soy nacido y criado en la capital, y les digo que nunca, ni cuando el machadato ni cuando Batista, se había visto una Habana tan abandonada y corrompida. Cuando yo veo las shoppings iluminadas, pienso que el capitalismo será muy malo, como dice el gobierno, pero es algo limpio y con muchos colores. El socialismo será muy bueno, pero sus cosas son feas, grises y apestosas. (Publicado en Cubafreepress en noviembre de 1997).

Foto: strangesky, Flickr.

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