Google
 

jueves, 8 de marzo de 2018

El régimen, cómplice de la violencia contra la mujer cubana


Ada María López Canino murió el 12 de diciembre de 2016, supuestamente de un paro respiratorio. Nadie puede decir “la mataron”, pero se descubrió que tenía un coágulo de sangre en la cabeza que solo pudo haberse formado por las golpizas que le dieran agentes de la Seguridad del Estado.

Deysi Artiles es una sobreviviente de cáncer de mama, y además del acoso que tiene que sufrir su hijo por las opiniones políticas de ella, ha sido golpeada hasta el desmayo en más de una ocasión.

Las dos son Damas de Blanco y no han sido las únicas en ser humilladas, amenazadas, acosadas, golpeadas por cuestiones políticas.

No se sabe cuántas mujeres integran la oposición cubana, ni cuántas han sido expulsadas de sus trabajos por “no ser confiables”, ni cuántas por pensar diferente, han decidido hacer silencio o “colaborar” con la Seguridad del Estado con tal de no “perjudicar” o “marcar” a sus hijos o a su familia. Pero ninguna de ellas aparecerá en las estadísticas que el gobierno promueve como parte de su campaña contra la violencia hacia mujeres y niñas.

Según las autoridades, las violencias más frecuentes en Cuba son las de tipo psicológicas y las económicas.

La violencia de tipo político no aparece identificada en los estudios de los cuales la doctora Mayda Álvarez Suárez, directora del Centro de Estudios de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) es portavoz y que han sido realizados por el Centro de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas, con el apoyo del Fondo de Población, UNICEF y PNUD, en una muestra representativa de unas 19,800 personas.

¿De la “muestra representativa” nadie ha sido testigo ni se ha dado por enterado de la realidad política de las mujeres que han decidido, en ejercicio de su derecho, pensar diferente y manifestarlo? ¿O la violencia de género se justifica solo en algunos casos? ¿Cómo justificarían el acoso sexual que ha estado sufriendo María Cristina Labrada Varona por un agente de la Seguridad del Estado? ¿O ella se lo merece de alguna manera?

¿En la campaña oficial #NoAcoso se incluirán los casos de Laritza Diversent, María Bonet, Yamara Rodríguez Curbelo, Teresa Perdomo y Arianna Romero que fueron desnudadas frente a desconocidas para ser examinadas como si fueran delincuentes? ¿Se justifica esa vejación porque fue ejecutada por una mujer adiestrada para ejercer la violencia? Esas situaciones parecen muy específicas,pero tampoco han sido las únicas.

Lía Villares, activista de derechos humanos, el año pasado fue abofeteada en el Aeropuerto por exigir su derecho de salida del país. Meses después, la "desaparecieron" durante más de 24 horas, por querer hacer una función de teatro en su casa.

Yuneth Cairo Reigada y Marietta Martínez Aguilera, ambas integrantes de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) fueron detenidas el 15 de abril de 2016 por protestar en el Parque de la Fraternidad lanzando octavillas y pidiendo libertades para el pueblo de Cuba como parte de la Campaña #TodosMarchamos. Fueron acusadas de desorden público y resistencia. Recibieron golpes propiciados lo mismo por policías hombres que por mujeres. En estos momentos, Yuneth se encuentra recluida en la Prisión de Mujeres de Occidente y Marietta en la Prisión de Mujeres de Camagüey.

Berta Soler Fernández, líder de las Damas de Blanco, es otra mujer que no clasifica en ninguna campaña que incluya a la “mujer cubana violentada”. Ha sido detenida violentamente y golpeada de manera sistemática durante 15 meses consecutivos, según un informe reciente.

La narración de golpes y detenciones es solo una parte de la historia, quizás la más tangible. ¿Pero en qué tipo de violencia clasifica el descrédito, el hurgar y divulgar la vida íntima de las opositoras como instrumento represivo? ¿Y las amenazas a los hijos, a las madres o los maridos? ¿Y las horas de interrogatorios?

El activismo de género en Cuba parece ser muy selectivo y prefiere no involucrarse en situaciones políticas reales. Por eso recalan en lo mismo que denuncian. No ve, no oye, no reconoce, no se involucra, no denuncia lo que un poder machista no le permite y hacen pensar a algunos en el acoso sexual o en los feminicidios como lo que no es, un tema de moda en el que es mejor no hablar de situaciones poco sexy o glamorosas, en situaciones que “me puedan poner en una lista negra” o por la que “me quiten el viaje, la jabita o cualquier otro privilegio”.

Valdría la pena preguntarse, ¿qué hacen las mujeres de Eres más, la única campaña aceptada por el gobierno, cuando se enteran que otras mujeres están siendo golpeadas en Lawton o en la 5ta. Avenida? Hasta el momento, parece que nada, aunque tampoco hacen mucho por las que están integradas al sistema.

En el sitio web de Cubadebate, donde se pueden consultar los datos de la Encuesta Nacional, el 6 de diciembre de 2017, Iris, una de las comentaristas contaba que tanto ella como sus hijas han sido violentadas por su ex esposo, y cuando piensa que ha encontrado la salida a su problema, sigue siendo víctima de las legislaciones cubanas y de los que ayudan a ejecutarla. Ni la FMC, el PNUD, UNICEF y la Campaña Eres más han estado para ayudarla,

Tampoco se han pronunciado contra las golpizas que han recibido Ailer Mena, Melkis Fauré Echeverría o Sonia González Mejías las veces que han sido detenidas. El silencio de estas organizaciones las hace cómplices y, por tanto, tan culpables como el que levanta la mano contra cualquier mujer o niña en Cuba.

María Matienzo Puerto
Cubanet, 23 de enero de 2018.

Video: Entierro de Ada María López Canino, el 13 de diciembre de 2016 en el Cementerio de Colón. Realizado por Lázaro Yuri Valle Roca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario